Título
Texto...
Muchas veces nos resulta más fácil responder a lo que no nos motiva que a lo que nos motiva. Y las causas pueden ser muy variadas…
Jefes que no reconocen el buen
trabajo y sí critican los errores.
Diferencias con los demás compañeros.
Ausencia de habilidades como la
escucha activa, la asertividad,
etc.
Que solo te permite sobrevivir.
Palabras que se quedan en el aire.
En lugar de preguntar cómo te puedo ayudar te dicen que te ven mala cara.
BUEN SUELDO
HORARIO FLEXIBLE
DESARROLLO PROFESIONAL
ASUMIR RESPONSABILIDADES
TICKETS DE COMIDA
AUTONOMÍA
ROTACIÓN DE PUESTOS
BUENAS RELACIONES CON LOS COMPAÑEROS
CONCILIACIÓN
RECONOCIMIENTO
PODER APORTAR SUGERENCIAS Y SOLUCIONES
INCENTIVOS
BUEN AMBIENTE DE TRABAJO
SEGURO MÉDICO
OTROS
Mejor para actividades que requieran creatividad y calidad.
Buena para trabajos rutinarios o para iniciar otras tareas.
Sin embargo, sólo el 12% de los
empleados gana más en su nuevo
trabajo.
Sienten que son un número más.
Lo consideran un factor esencial
en su motivación laboral.
Indispensable. Asegura la calidad, el crecimiento personal y el logro de grandes metas, ¡independientemente de las circunstancias!
¡Bienvenido sea! Pero no debe (ni puede) ser lo único.
La vida es muy corta como para gastarla junto a personas que succionan tu energía y felicidad. Si alguien te quiere en su vida, hará espacio para ti; no deberías pelear por un lugar. Nunca insistas con alguien que te pasa por alto. Recuerda que los verdaderos amigos no son necesariamente aquellos que se quedan contigo en los buenos tiempos, sino los que permanecen en las peores situaciones.
¡Enfréntalos! No será fácil. No siempre se puede salir instantáneamente de un problema cuando se presenta. De hecho, lo normal es que sintamos tristeza, enojo, dolor, incertidumbre, derrota. Este es el propósito de la vida: enfrentar los problemas, aprender de ellos, adaptarse y, finalmente, resolverlos con el paso del tiempo.
Puedes mentirle a cualquiera en el mundo, pero no puedes mentirte a ti mismo. Nuestra vida mejorará sólo cuando aprovechemos las oportunidades y la primera y más difícil es ser realmente honestos con nosotros mismos.
Nuestro cerebro no es tan eficaz como creemos. En lugar de agobiarnos con pensamientos que empiezan con los términos “tengo que...” debemos enfocar qué queremos conseguir. Recuerda que no podemos hacer cosas o ideas, sólo acciones.
Nuestro lenguaje crea realidades, por eso debemos ser muy cuidadosos con las palabras y expresiones que utilizamos. “Tengo que…” nos hace víctimas, nos quita responsabilidad y nos limita en cuanto a opciones. “Elijo…” nos empodera, nos convierte en amos de nuestras acciones y decisiones, y nos abre un abanico de opciones ilimitadas. Recuerda, en la vida somos causa y no efecto, ¡no lo olvidemos!
¿Qué eliges?
Las preguntas son una herramienta poderosa. Con ellas, podemos cambiar el foco de atención, y encontrar nuevas opciones y soluciones. Para ello, eso sí, no vale con hacer cualquier pregunta. No es lo mismo preguntarse “¿Por qué me pasa esto a mí?” que “¿Qué puedo aprender de esta situación?” Las preguntas poderosas son aquellas que se orientan a la solución y no al problema, que son abiertas y que nos permiten explorar nuevos caminos y posibilidades.
Sé protagonista de tu vida y no un simple espectador. Para ello debes hacerte responsable y tomar decisiones sin culpar a ningún factor externo de tu éxito o fracaso.
No puedes comenzar un nuevo capítulo en la vida si sigues leyendo y releyendo el anterior.
Hacer algo y equivocarse es, al menos, diez veces más productivo que no hacer nada. Cada éxito trae una historia de fracasos detrás y cada error es un paso más cerca de la victoria. Uno termina arrepintiéndose de las cosas que no hizo más que de las cosas que hizo.
La vida tiene sus altibajos por una razón: para moldear tu camino en la dirección correcta para ti. Puede que no veas o entiendas todo en el momento en que sucede, eso puede ser muy duro. Pero recuerda los momentos difíciles que ya has pasado: Casi siempre nos llevan a mejores lugares, personas, estados mentales o situaciones, eventualmente. ¡Así que sonríe! Deja que todos sepan que hoy eres mucho más fuerte que ayer, y así continuarás.
La cosa más terrible es perderse a sí mismo mientras amas a alguien más, olvidándose de lo especial que es uno mismo. Esto no significa que dejes de ayudar a otros, sino que debes ayudarte a ti mismo también. Si existe un momento para seguir tu pasión y hacer algo que te importa, ¡ese momento es justo ahora!
Uno de los grandes retos de la vida es ser uno mismo en un mundo que quiere que todos sean iguales. Siempre habrá alguien más listo, más guapo, más joven o más viejo, pero NUNCA serán TÚ. Jamás cambies para agradar a las personas; sé tú mismo y las personas correctas te amarán por ello.
Quizá amamos a la persona equivocada y lloramos por errores cometidos, pero no importa cuántas cosas hemos hecho mal, algo es seguro: los errores nos ayudan a encontrar a la persona y a las cosas correctas para nosotros. Todos cometemos errores, tenemos problemas e incluso nos arrepentimos de cosas de nuestro pasado. Pero tú no eres tus errores, no eres tus problemas y estás aquí y AHORA con el poder de moldear tus días y tu futuro. Cada cosa que te ha pasado en la vida te está preparando para algo que aún está por venir.
Muchas de las cosas que deseamos son caras. Pero la verdad es que las cosas que en verdad nos satisfacen son totalmente gratis: el amor, las carcajadas y trabajar en nuestras pasiones.
Si no eres feliz con quien eres por dentro, no serás feliz en una relación de largo plazo con cualquier otra persona. Primero tienes que crear estabilidad en tu propia vida, antes de que puedas compartir la vida con alguien más.
Nadie se siente 100% preparado cuando una oportunidad se presenta. Es porque las oportunidades en la vida nos empujan fuera de nuestras zonas de confort, lo que significa que nunca nos sentiremos completamente cómodos en un principio.
No te preocupes si a otros les va mejor que a ti, concéntrate en romper tus propios récords cada día. El éxito es una batalla entre tú y tú mismo, sólo eso.
Los celos son el arte de contar las bendiciones ajenas en vez de las propias. Pregúntate esto: “¿Qué es lo que tengo yo que todos los demás quieren?”
No vivas tu vida con odio en el corazón. Terminarás lastimándote a ti mismo más de lo que las personas que odias podrían. El perdón no es decir: “Está bien lo que me hiciste”, es poder decir: “No voy a dejar que lo que me hiciste arruine mi felicidad para siempre”. El perdón es la respuesta, déjalo ir, encuentra la paz, ¡Libérate! Y recuerda, el perdón no es sólo para las demás personas, también es para ti mismo. Perdónate a ti mismo, supéralo e intenta hacerlo mejor la siguiente ocasión..
Niégate rotundamente a rebajar tus estándares para adaptarte a quienes se niegan a elevar los suyos.
¿Quieres saber el tamaño de una mentira? Fácil, mide el largo de la explicación por el ancho de la excusa
El tiempo perfecto para tomarte una pausa es justo cuando no tienes tiempo para ello. Si continúas haciendo lo mismo, seguirás obteniendo los mismos resultados. Hay veces que necesitamos un descanso para ver las cosas más claramente.
Disfruta de las cosas pequeñas porque un día mirarás atrás y descubrirás que eran, en realidad, las cosas más grandes. La mejor parte de tu vida serán las cosas pequeñas, momentos innumerables que invertiste sonriendo a quien te interesa de verdad.
Hay algo que se debe saber acerca de la perfección: no existe, los perfeccionistas, sí. La perfección es un ideal, un concepto que usamos para guiar nuestro esfuerzo. Pero es como la zanahoria que se coloca delante de una mula: no importa cuánto nos esforcemos, es imposible de alcanzar. Esto no quiere decir que no lo intentemos, debemos luchar por ser mejor que ayer.
La vida no es fácil, especialmente cuando planeas realizarte en algo que vale la pena. No tomes la alternativa más fácil siempre, haz cosas extraordinarias.
Está bien quebrarse de vez en cuando, no tienes que pretender ser fuerte, no hay necesidad de probarle a nadie que todo está perfectamente todo el tiempo. No debería preocuparte lo que los demás piensan. Llora si lo necesitas, es saludable dejar fluir esas lágrimas. Cuanto más pronto lo hagas, más pronto serás capaz de sonreír de nuevo, sonreír de verdad.
La capacidad de alcanzar tus sueños depende de tu capacidad de hacerte responsable de tu vida. Cuando culpas a los demás de lo que te pasa, estás rechazando esta responsabilidad: le das poder a otros sobre una parte de tu vida
Eso es imposible, y solamente terminarás exhausto. Pero hacer sonreír a una persona, a esa persona especial sí puede cambiar el mundo. Quizá no el mundo entero, pero sí una parte de él: enfocarse es el secreto.
Mejor, enfócate en lo que sí quieres que pase. Pensar positivo es el preámbulo al éxito rotundo. Si despiertas cada mañana con el pensamiento de que algo maravilloso sucederá ese día y pones suficiente atención, descubrirás que estabas en lo correcto.
No importa lo bien o lo mal que te ha ido, levántate de la cama agradecido por tener vida. Hay quienes, en algún lugar, luchan por ella desesperadamente. En vez de pensar en lo que te hace falta, piensa en lo que tienes y agradécelo.
¿A DÓNDE VAN LOS SUEÑOS PERDIDOS?
Desgraciadamente, las personas no venimos a este mundo con una guía práctica que nos ilustre qué caminos debemos tomar en cada momento. Un manual específico para alcanzar el éxito y las metas propuestas. A este mundo se llega a tientas y con un pañuelo en los ojos, ahí donde día a día, vamos entreviendo poco a poco la luz de nuestro camino, a base de logros, pero también de fracasos.
Pero ¿es quizá un fracaso no haber alcanzado alguno de nuestros sueños? En absoluto. Seguramente se nos han abierto otras opciones y otros rumbos que determinan lo que somos ahora. Pero la cuestión esencial está en el hecho de si esos sueños perdidos, nos han causado un vacío, una espina clavada que no dejamos de rememorar.
Un amor perdido, una aspiración personal como un viaje, un trabajo, una actividad determinada… ¿A dónde van los sueños perdidos? ¿Dónde están esas antesalas que nunca logramos transitar?
¿QUÉ TE IMPIDE ALCANZAR TUS SUEÑOS?
Hoy me gustaría tocar un tema que para muchos de nosotros es común. Se trata de identificar los impedimentos que se nos presentan a la hora de querer alcanzar nuestros sueños. Y valga la aclaración, con sueños me refiero a los objetivos, propósitos o metas que cada uno de nosotros se proyecta para la vida.
Es importante destacar, que es de seres humanos soñar, imaginar posibles estados emocionales, materiales, psicológicos… relacionados con la consecución de propósitos establecidos ya sea específica o generalmente. Por cuanto si tienes sueños que quieres alcanzar en tu vida, cree en ti mismo y date cuenta de una vez que puedes y deberás alcanzarlos.
Pero, ¿que te impide alcanzar tus sueños?
Hoy te presento algunos puntos que te ayudarán a comprender mejor el asunto.
- IMPEDIMENTOS INTERNOS -
No permitirse al menos empezar: Debes creer en ti mismo, saber que podrás lograr lo que te propones, esto en si no implica que no tengas miedo a las posibles adversidades, más si, que tengas la fortaleza para sobrellevarlas y enfrentarlas, para posteriormente superarlas. Debes estar desde un principio convencido de que tus sueños son posibles.
No identificar tus fortalezas: Todos somos buenos para algunas cosas, sin embargo, la mayor parte del tiempo nos estamos auto-engañando creyendo que son otros los que son buenos. Es de personas exitosas identificar en que son buenos, con que recursos cuentan y de que partes tienen apoyo. Debes poder establecer con firmeza cuales son tus fortalezas internas y externas, para sacarles provecho. La buena noticia es que en realidad, este no es un paso difícil.
No identificar tus debilidades: Asi como como podemos ser fuertes en algunas áreas, también nos encontraremos débiles para otras. Sin embargo, este no puede ser un impedimento para tus sueños, en el sentido en que si sabes que es lo que te falta para ser mejor, puedes ir por ello. Alcanzar los sueños no se trata de ser perfecto y no cometer errores, se trata de aprender de las caídas y adquirir experiencia, ya sea por cuenta propia o ajena.
No perseverar: Muchos de nosotros emprendemos un proyecto con todo el entusiasmo del mundo, más en la mitad del camino nos desmotivamos, es entonces donde nuestros sueños se nublan y se nos hace difuso el camino a seguir. Es recomendable insistir, persistir, resistir y no desistir hasta lograr.
No tener un plan: Este puede ser el punto más importante de todos, pues en realidad, lo que te permite llegar a algún lado, es conocer el camino. Así como un conductor en la noche sólo necesita ver la carretera unos metros adelante para llegar a su destino, si sabes hacia donde te diriges con tu sueño, solo te bastará seguir un plan.
Define un plan para tus sueños, y enfócate en seguirlo, aunque así en principio no sepas como llegar a lograrlo, lo importante es que le des inicio. Tu plan puede empezar siendo algo torpe, pero con el tiempo podrás adquirir la habilidad de refinarlo. Y por supuesto, cabe destacar que es indispensable estar pendiente del progreso del plan en todo momento, para ver si efectivamente vamos por el camino correcto, o si nos hemos desviado. Es mejor reconocer un desvío a tiempo, y no cuando sea demasiado tarde.
- IMPEDIMENTOS EXTERNOS -
No escuchar a las personas exitosas: Escuchar y aprender de los mejores puede ser un camino rápido para el éxito. Podrás comprender la razón de sus errores y el motivo de sus triunfos, no seguir los consejos de las personas exitosas es un grave error, que deberías de solventar ahora mismo, si quieres lograr convertir tus sueños en realidad.
Escuchar consejos de las personas equivocadas: En ocasiones nos empeñamos en contarle nuestros sueños a todo el mundo, sin embargo, debemos tener cuidado con aquellas personas que pretenden aconsejarnos -de buena fe, por supuesto- pero que no cuentan con la experiencia suficiente como para dirigirnos por el camino correcto.
No escribir en papel los sueños: Escribir en papel nuestros sueños (o dibujarlos…) puede ser de gran valor, porque inconscientemente nos da una idea de materialización de lo pensado, no es lo mismo una idea en la mente, que una idea llevada a cabo. Para lograr nuestros sueños, es indispensable contar con la habilidad para plasmar en papel lo que se quiere.
Obviamente, escribir los sueños, por sí solo no nos ayudará mucho a lograrlos. Más si nos dará la convicción de que al menos vamos en serio por ellos y que hemos empezado.
No bombardear nuestras mentes: A veces decimos que queremos lograr nuestros sueños, pero pasamos días sin siquiera pensar en ellos, ni nombrarlos, ni verlos, ni leerlos. Ayúdate de la tecnología para estar en todo momento inmerso en todo lo relacionado con tus sueños, puedes utilizar tu celular, tu correo electrónico… etc.
Bombardearnos a nosotros mismos, ayuda a programar nuestra mente inconsciente para visualizar en todo momento el camino al éxito, sin decir, que es extremadamente sencillo. Inténtalo!
Hoy me gustaría proponerte la idea de que identifiques cuáles de estos impedimentos se filtran en tu vida, para que los dejes ir, y te abras el camino al éxito.
OBJETIVO MAL PLANTEADO
OBJETIVO MUY GENÉRICO
OBJETIVO SIN FIJAR TIEMPO
EXPECTATIVAS MUY ALTAS
DEPENDER DE RECURSOS QUE ESTÁN FUERA DE NUESTRO CONTROL
VIVIR ANCLADOS EN EL PASADO O ADELANTAR EL FUTURO
EXPECTATIVAS QUE NOS IMPIDEN CONSEGUIR NUESTROS SUEÑOS
Esto nos permite imaginar cómo será, hacer preparativos, prevenir sucesos, evitar consecuencias desagradables, etc.
Sin embargo, también nos encontramos que no siempre nos ayuda o nos sirve, ya que en muchas ocasiones, adelantar el futuro, puede limitarnos a vivir el presente.
Con frecuencia, cuando pensamos en el futuro, éste se vuelve oscuro y negativo, y esto nos trae al presente, miedos, preocupaciones, EXPECTATIVAS “negativas”… Y es obvio, que aunque no siempre ocurrirá lo que pensamos, si es seguro, que desde ya, estamos sufriendo por algo, que quizás no vaya a ocurrir, es decir, que muchas de nuestras predicciones nunca se harán realidad, y a pesar de ello, ya estamos sufriendo por ello.
Lógicamente, éste es un camino lleno de fracasos y de evitaciones, porque, ante éstas previsiones de dolor y sufrimiento, vamos aprendiendo a alejarnos de cualquier riesgo que pueda desembocar en fracaso. Es decir, evitamos arriesgarnos, para evitar sufrir, aunque esto nos traiga igualmente sufrimiento, por la lejana idea de conseguirlo.
Pero, en ocasiones, nos convencemos a nosotros/as mismos/as, de que se puede conseguir, de que merece la pena intentarlo, de que tengo muchas posibilidades, de que voy a esforzarme al máximo…, y que eso me acercará al éxito.
Y por tanto, me aventuro a ir a por mis sueños, y para el camino me llevo un montón de EXPECTATIVAS “positivas”, de cómo quiero que sean las cosas, de cómo tienen que ocurrir, de los cambios que tienen que ir sucediendo...
Y así comienzo mi camino, en una constante “hipervigilancia y comparativa”, de cómo “tendría que ir sucediendo todo”. Y entonces, me voy dando cuenta de que no es como esperaba, que nada de lo que esperaba ha ocurrido ya, que llevo tiempo caminando, esperando y observando minuciosamente, y nada...
Mis expectativas se frustran, no aprecio cambios, mi sueño aún está lejos… Abandono.
Y sin embargo, es posible que otras personas me animen a continuar, me den ánimos y me digan que algo está ocurriendo, que aprecian cambios desde que empecé mi camino, etc.
- ENTONCES, ¿QUE ME ESTÁ PASANDO? -
Es posible que la percepción de mí mismo/a y de mi camino, no sea del todo real, que mis EXPECTATIVAS, hayan hecho que mi atención se dirija al resultado y no vea los pequeños cambios…
¿Puedo ver crecer una planta si no dejo de mirarla?
¿Cuánto me parece que tarda el reloj en mover sus agujas, si no dejo de observarlo?
¿Puedo apreciar el crecimiento de un bebé, cuando no ha pasado tiempo sin verlo?
Así nos sucede con los cambios, con nuestros proyectos, con nuestros sueños, con frecuencia, están ocurriendo, si caminamos hacia ellos, aunque no lo apreciemos.
Son nuestras propias expectativas de cómo deberían de ser las cosas, las que en muchas ocasiones no nos permiten “ver” lo que sí está ocurriendo.
Si ponemos al camino de nuestros sueños, perspectiva, distancia, paciencia, confianza, e ILUSIÓN, probablemente comprobemos que todo está ocurriendo, aunque no sea exactamente como lo habíamos imaginado, ni en los tiempos que hubiésemos deseado…
Si caminamos hacia ellos, centrándonos en el PRESENTE y en los pequeños pasos, DISFRUTAREMOS de lo andado, sin que las Expectativas nos limiten, nos desesperen y nos hagan abandonar.
Cuando persigamos un sueño, llevemos siempre con nosotros/as ILUSIÓN, atención en el PRESENTE, y capacidad de DISFRUTAR del camino, ya que nunca será como imaginamos, aunque sí puede ser más gratificante de lo que esperábamos.
Dolores Rizo, Psicóloga.
SOÑAR... O VIVIR LA REALIDAD
Muchas personas pasan gran parte de su vida soñando. Soñando en todo aquello que no se ven capaces de vivir. Pero un sueño sin intentar convertirlo en realidad, es la mejor forma de sufrir…
Siempre he sido un soñador, de lo cual no me arrepiento, quizás es uno de mis talentos. Desde niño tenía una alta estima de lo que debía de ser mi vida y nunca me resigné a dejar de soñar. Eso me ayudaba a salir adelante. Aún hoy hay personas que consideran que soy una persona especial por ello. Y no, no soy más especial que cualquiera de ellos, la única diferencia es que me niego a solo soñar…
Soñar te ayuda a levantar la vista por encima de la realidad. Es una buena manera de escaparse de ella, sobre todo cuando la realidad no es tal y como la habíamos soñado. No obstante, uno no puede vivir solo soñando, sin intentar hacer de sus sueños una realidad cotidiana… También es verdad que yo a veces aún sueño, escribiendo. Escribo todo aquello que siento y todo aquello que aún me queda por vivir. Es una buena manera de no olvidar los sueños y convertirlos en propósitos para poderlos llegar a vivir…
Sin embargo, muchas veces miro a mi alrededor muchas personas que apenas sueñan, que se resignan a vivir y adaptarse a la realidad, aunque les sea ajena y como pueden. También las hay que sueñan con los ojos cerrados, como intentando escapar de su realidad, pero sin mirarla de cara. Y, por útimo, las hay que sueñan, pero se sienten incapaces de convertir sus sueños en realidad. Son personas éstas últimas a las que les gusta compartir sus sueños con los demás, utilizando frases, pensamientos y proverbios ajenos, que les recuerdan lo que desearían vivir. Facebook es un buen ejemplo de todo ello. Pero miles de frases compartidas y comentadas, no las convierten necesariamente en una realidad…
Hacer realidad un sueño es un paso más. No basta con compartirlo sin vivirlo o simplemente lamentarse colectivamente de su presunta imposibilidad de hacer de los sueños una realidad. Para ello uno debe ser valiente y aprender a soñar con los ojos bien abiertos, aceptando la realidad, pero haciendo por cambiarla y mejorarla cada día. La realidad no es más que nuestra visión de la vida proyectada, aunque también es verdad que la vida por sí misma a ratos impone su propia realidad para que aprendamos a vivirla, para cuando nuestro sueño se haga realidad.
Soñar y vivir y aceptar la realidad son condimentos necesarios en nuestra vida! Los que solo sueñan se les llama locos. Los que solo viven y aceptan la realidad, se les llama adaptados o personas de éxito en esta macabra sociedad. Los que ni sueñan ni aceptan su realidad, se les llama muertos vivientes. Pero la vida es equilibrio y pide de nosotros que aprendamos a soñar -como cuando éramos niños-, que persigamos nuestros sueños y que tengamos el valor de hacerlos realidad. Aunque para ello tenemos toda nuestra vida por delante… aunque, cuanto antes se empiece, ante llegará la felicidad de irlo logrando día a día…
Al fin y al cabo la vida plena no es más que esa capacidad que todos tenemos de soñar y convertir esos sueños en realidad. Eso es lo único que da sentido a nuestra vida, en la que la realidad se impone, rompe nuestros esquemas limitados y nos obliga a confiar en que nuestros sueños se hagan realidad. Y la felicidad es el compañero de ese viaje vital, en el que no hay que llegar a parte alguna, más que aprender a vivir de verdad.
Miguel Benavent de B.
NUEVE CLAVES PARA ALCANZAR TUS SUEÑOS
Cuando vamos caminando por la calle, por un lado vemos a personas cansadas, alicaídas, con el rostro algo apagado y, muy posiblemente, sumidos en el pesar. Sin embargo, por otro (aunque muchos menos), vemos a gente con otra actitud y presencia, vemos a triunfadores en potencia que miran hacia el horizonte, seguros de sí mismos.
Probablemente, los del segundo grupo se encuentren en el sendero hacia el éxito, hacia su propio éxito. Pero, ¿por qué existe esta distinción? ¿Qué es lo que hace que algunos tengan éxito y otros no? ¿Qué les diferencia?
Si tienes un sueño (esperemos que así sea, pues todos deberíamos tener sueños, hasta el último de nuestros días…), intenta convertirlo en realidad siguiendo estas 9 reglas. Se trata de algunas “claves de oro” puestas en práctica por aquellos que logran su propósito en la vida.
1º. NO PONGAS EXCUSAS
Un sueño se trata de algo que llenaría nuestra existencia si ocurriese, pero que, a la vez, resulta difícil de alcanzar. ¡Ojo!, la palabra difícil no significa "imposible". Tus sueños son posibles, pero para llegar a ellos deberás sortear obstáculos e incluso batirlos. No pongas excusas ante algo posible.
2º. ESFUÉRZATE
A corto plazo, costará; a largo plazo... podrías llegar adonde siempre has querido. Algo difícil requerirá altas dosis de sudor, sacrificio y empeño. No resoples ante la realidad, esfuérzate ahora, llega a tu objetivo y disfruta lo obtenido... o tambaléate entre la preocupación y la frustración durante el resto de la vida.
3º. NUNCA TE RINDAS
Si aparecen obstáculos, habrá veces que necesitarás más de un combate para vencerlos. El esfuerzo será inmenso, pero la gente con éxito nunca se rinde; por ello, justamente, lo han alcanzado. No hagas que el camino andado haya sido en vano.
4º. MANTENTE SALUDABLE
Aunque parezca un aspecto inconexo, presta mucha atención a tu alimentación, al deporte y a las revisiones médicas. En otras palabras, cuida tu salud, pues enfermar sería un obstáculo que dificultaría tu camino y alargaría aún más tu tiempo de espera.
5º. NO OLVIDES TUS PRINCIPIOS
Nunca olvides quién eres. Actúa de forma coherente contigo mismo. Si empiezas a desviarte de tu identidad, no sabrás quién eres y, por tanto, no sabrás por qué estás haciendo ciertas cosas. Olvidarás el valor de tus sueños… ¿Y acaso hay algo más triste que eso?
6º. ARRIÉSGATE
Alcanzar un sueño, superar obstáculos, supone necesariamente una asunción de riesgos. El presente ya lo conoces; el riesgo es un misterio. Así, a veces tendrás que elegir entre arriesgarte y luchar por tu sueño, o no arriesgarte y estancarte para siempre.
7º. PONTE METAS REALISTAS
Toda meta a largo plazo conlleva metas intermedias. Organiza tu plan hacia tu sueño y ve meta por meta. En cierto modo, esto te brindará más seguridad, pues, por fracciones, todo te parecerá menos arriesgado y sentirás un mayor control sobre tu vida.
8º. SÉ POSITIVO
Confía en ti mismo y acepta que no todo en la vida sale bien a la primera. Si no logras una de esas metas intermedias ahora, quizás puedas lograrla después. Recuerda: si has alcanzado muchas otras, eres capaz de todo.
9º. SACRIFÍCATE
Paso a paso llegarás a donde quieras. Tal vez tengas que pasar grandes penurias, tal vez tengas que trabajar por bajos sueldos, tal vez te veas obligado a no dormir ciertos días... No obstante, nunca olvides que tu sueño te está esperando y que todos esos sacrificios que hoy haces te recompensarán más tarde.
Pero, por sobre todas las cosas, nunca dejes de soñar.
Hasta que no estés plenamente convencido de que no tienes más tiempo, seguirás postergando tus sueños indefinidamente. Debes ser consciente de que el tiempo vuela y de que tu vida es esta, la que está ocurriendo justo ahora, mientras lees, no la de un futuro hipotético. Séneca nos da una pista: “Considera cada día como si fuera una vida en sí misma”.
Probablemente ya conoces la visualización positiva: imaginar que has alcanzado tu objetivo. Sin embargo, también puedes visualizar tu peor futuro, no se trata de masoquismo sino tan solo de tomar consciencia de hacia dónde te conducen tus pasos. Si siguieses llevando la vida que tienes ahora mismo, ¿cómo te ves dentro de 10 o 20 años? Imagina tu vida con la mayor cantidad de detalles posibles y no olvides aplicar ante cada disyuntiva la ley de Murphy: “Todo lo que pueda salir mal, saldrá mal”. Si no te gusta lo que ves, es hora de cambiar.
LA HISTORIA DEL JOVEN STEPHEN KING
Cuando tenía 24 años el joven Stephen King ya estaba casado y con hijos. Trabajaba como profesor, apenas podía pagar los gastos de la casa y su carrera literaria estaba en un punto muerto. Solo había logrado que le publicasen algunos cuentos cortos en revistas. Había intentado tres veces que le publicaran su primera novela y tres veces se la rechazaron.
En su libro autobiográfico “Mientras escribo” que, dicho sea de paso, os recomiendo, cuenta:
“Me veía treinta años más viejo, llevando los mismos abrigos gastados y con coderas, y con tripa de bebedor de cerveza encima de los pantalones. Tendría tos de fumador por exceso de Pall Malls, las gafas más gruesas, más caspa, y en el cajón del escritorio seis o siete originales inacabados que muy de vez en cuando, casi siempre borracho, desempolvaría y retocaría un poco. Cuando me preguntaran a qué dedicaba el tiempo libre, contestaría que a escribir un libro. ¿Qué va a hacer con su tiempo un profesor de escritura creativa que se respete? Luego, claro, me mentiría a mí mismo, diciéndome que no era demasiado tarde, que algunos novelistas no habían empezado hasta los cincuenta. ¡Qué cincuenta! ¡Sesenta, coño! Seguro que muchos.”
Stephen King comprendió justo en aquel momento que no tendría más tiempo, que necesitaba un cambio radical en su vida si quería alcanzar sus sueños y no quedarse estancado en un trabajo que no le satisfacía. Así, puso manos a la obra y escribió “Carrie”. El resto es historia.
Desde entonces, Stephen King ha trabajado ininterrumpidamente cuatro horas al día con el objetivo de escribir 2.500 palabras.
Sin embargo, ¿cuántos manuscritos (en sentido metafórico) tienes en el cajón de tu escritorio?
¿Crees que un día, como por arte de magia, tus sueños se harán realidad?
Si vives postergando, llegará el día en que no tendrás más sueños en el cajón sino arrepentimientos frente al espejo.
ABANDONANDO LA ZONA DE CONFORT
El concepto de la zona de confort es aquel que dice que mientras hacemos cosas o estamos en sitios que nos resultan “familiares” nos sentimos cómodos. La zona de confort es todo aquello que nos rodea y a lo cual nos hemos acostumbrado, que tenemos “dominado” y forma parte de nuestra rutina.
Todos, absolutamente todos, tenemos nuestra zona de confort, incluso las personas que están pasando penurias o angustias, ya sean éstas económicas o de cualquier otro tipo.
Y esto es lo irónico del asunto: en la zona de “confort”, lejos de estar “acomodados”, muchas veces estamos en una situación de lo más incómoda. Nos quejamos de nuestro peso, nuestro trabajo, nuestros malos hábitos, etc y, sin embargo, ahí seguimos, incómodos en nuestra zona de confort.
Por qué entonces se sigue llamando zona de confort? Porque asociamos más dolor al cambio que a seguir como estamos, sin arriesgarnos ni exponernos. Porque, como dice la ¿sabiduría? popular: “Más vale malo conocido que bueno por conocer” – sin comentarios… Piensa, por ejemplo, en el habitual comentario “Claro, es genial, pero es muy difícil…Yo no puedo estar pensando cada cosa que voy a decir, ni preparando todas las conversaciones cada vez que hablo con un colaborador o un cliente”. Párate y piensa: ¿Qué habría pasado si, de niños, cuando tuvimos que aprender a caminar, hubiéramos dicho: “Sí, muy buena idea, pero con lo rápido que voy yo gateando, no puedo estar tardando media hora en dar dos pasos, para encima, correr el peligro de caerme…” ¿Dónde seguirías? ¿Cuántas cosas permanecerían fuera de tu alcance?
La buena noticia es que la zona de confort puede irse ampliando: es como un músculo que entrenamos y va ganando flexibilidad. ¿Cómo podemos empezar nuestro entrenamiento? Pues poco a poco y de forma constante, (una vez al día, por ejemplo):
- Cambia tu rutina: levántate antes, desayuna algo diferente, escucha otro tipo de música, coge otro camino para volver del trabajo.
- Identifica situaciones que te resultan incómodas y enfréntate poco a poco a ellas: hablar con un extraño, cambiar algo en una tienda, cantar en un karaoke, etc.
- Aprende algo nuevo: un idioma, un deporte, un hobby, etc. Recupera esa sensación de no dominar algo, de ir aprendiendo poco a poco y de sentir la libertad de “no saber”.
Tu niño interior te lo agradecerá.
Penélope Boñar.
Vivimos en una sociedad que reclama constantemente nuestra atención a través de cosas que no son más que simples distracciones. Esas cosas son como pequeños granos de arena que, poco a poco, pueden atascar u oxidar el engranaje de tu vida. Por eso, un paso importante para conseguir tus sueños consiste en aprender a centrarse en lo esencial, cambiar los hábitos que no te aportan nada y eliminar la basura emocional. No solo ganarás tiempo sino que te sentirás menos estresado y podrás focalizarte en lo que realmente importa.
¿CÓMO PODEMOS ELIMINAR LA BASURA EMOCIONAL?
Una mañana, sin saber cómo, te levantas totalmente desmotivado, sin ganas de hacer nada y con la horrible sensación de que no puedes más. La idea de tener que enfrentar otra jornada es tan extenuante que te agobia. Esta sensación es bastante común y prácticamente todos, en algún que otro momento de nuestras vidas, la hemos experimentado ya que suele estar provocada por periodos de gran estrés en los cuales hemos ido acumulando mucha “basura emocional”.
La basura emocional se va acumulando cuando no logramos deshacernos de los resentimientos, la ira, el estrés y la frustración. Poco a poco, estos estados crecen dentro de nosotros hasta llegar a ocupar un espacio enorme y un buen día, sientes que estás repleto y que no tienes fuerzas para enfrentar los nuevos desafíos.
Ten presente que aunque la basura emocional no ocupa un espacio físico, al igual que sucede con la basura de nuestra casa, si no nos encargamos de purgar cada día los estados emocionales negativos, terminaremos llenos de insatisfacción y sin energía e incluso nos expondremos a sufrir un colapso emocional.
5 PAUTAS PARA ELIMINAR LA BASURA EMOCIONAL
1. Reajusta las expectativas. Las expectativas son nuestra mayor fuente de insatisfacción. De hecho, casi nunca somos conscientes de ellas pero a menudo esperamos demasiado de nosotros mismos y de los demás. Cuando nuestras expectativas no se cumplen, nos sentimos mal y esto nos sume en un estado de frustración que genera muchísima basura emocional. Por eso, el primer paso para mantener limpia nuestra mente consiste en revalorar nuestras expectativas en función de nuestros recursos actuales y, si es necesario, ajustarlas. Al contextualizar tus expectativas puedes replantearte tus objetivos y llegar a tu meta sin tanta presión.
2. Mantén una actitud positiva. La mayoría de las personas son conscientes de la importancia de enfrentar los problemas asumiendo una actitud positiva pero lo cierto es que casi nadie lo hace. Una buena estrategia consiste en llevar un diario de la positividad; es decir, al finalizar cada día, tendrás que escribir al menos tres cosas positivas que te hayan ocurrido, por muy irrelevantes que te parezcan. De esta forma irás creando el hábito de ver y darle importancia a los aspectos positivos de las situaciones, lo cual te llenará de energía y te dará fuerzas para enfrentar incluso las peores jornadas.
3. Sé proactivo. No basta con mirar dentro de sí y darse cuenta de toda la basura emocional que almacenamos porque esto solo nos hará sentir mal, es imprescindible actuar. Recuerda que la introspección sin la acción puede llegar a ser muy dañina porque nos sume en un círculo vicioso que conduce a la lamentación. En vez de quedarte sentado viendo cómo la basura emocional se amontona, ármate de valor y comienza a sacar poco a poco esos sentimientos negativos que te impiden sentirte pleno. Por ejemplo, puedes tomar un entrenamiento de manejo de la ira, si este es tu principal problema, o aprender técnicas de relajación, si tu problema es la ansiedad. Recuerda que no podrás eliminar toda la basura emocional de un plumazo porque es probable que haya estado ahí durante meses o incluso años, pero si das un paso tras otro, paulatinamente, lograrás limpiar tu mente.
4. Acepta y deja ir. Una gran parte de la basura emocional que acumulamos proviene de errores del pasado que no hemos aceptado y que continúan lastrando nuestro presente. Cuando no logramos pasar página, las experiencias pasadas nos siguen dañando y, ante el menor estímulo, los sentimientos negativos asociados a estas se vuelven a activar. Por eso, es fundamental mirar atrás y liberarnos de las culpas, las recriminaciones y las frustraciones. De la misma forma en que hacemos limpieza en casa, debemos hacer limpieza en nuestra mente. Analiza las situaciones pasadas que te perturban, pregúntate si las emociones que despiertan te reportan algo bueno y, si no es así, prepárate para dejar ir esas sensaciones desagradables. La técnica de las hojas del río es ideal para eliminar la basura emocional ligada al pasado.
5. Sal de tu zona de confort. Nuestra zona de confort es ese “lugar” en el que nos sentimos cómodos y seguros porque tenemos el control de lo que sucede. Sin embargo, para que las cosas sean diferentes hay que hacerlas de manera diferente. No es suficiente con que limpies la basura emocional si continúas con los viejos hábitos y vuelves a llenarte de resentimiento. Salir de tu zona de confort te ayudará a ver la vida desde otra perspectiva, te llenará de buenas vibraciones y te dará la energía que necesitas para emprender nuevos proyectos.
Jennifer Delgado.
No recurras a excusas para postergar tus sueños porque estas siempre han existido y continuarán existiendo: siempre habrá problemas y nunca será el momento idóneo. Comienza hoy mismo a cambiar un mal hábito, tira a la basura una distracción innecesaria y plantéate un objetivo que realmente te motive y enriquezca tu vida.
EL VIEJO CUENTO DEL BAMBÚ CHINO
Cuentan que la semilla del bambú se siembra, se riega y se cuida durante un año y no aparece nada. No hay señal de vida. Se riega y se cuida otro año y todavía no se ve el resultado. De esta manera van pasando los años. Durante el quinto año de pronto aparece el Bambú Chino y crece 30 metros en seis semanas.
El Bambú Chino se prepara para un crecimiento impresionante. Durante los cinco años que no se ve nada, un sistema de raíces se está formando para sostener el crecimiento extraordinario del bambú.
“Muchas cosas en la vida son como el árbol de bambú Chino. Un poco de paciencia para recoger más tarde el fruto de nuestro esfuerzo, algo que siempre vale la pena”.
Tomar conciencia de todo lo que haces para desmotivarte, ya que actualmente seguro que ni eres consciente.
Trabajar en cambiar hábitos: sustituir los que te desmotivan, por unos que te den poder.
Pienso en algo: pienso que mi trabajo no es valorado, ni necesario.
Sentimiento: eso me hace sentir mal, sin fuerza ni ilusión.
Acción: trabajo prestando el mínimo cuidado, ya que al fin y al cabo, no está valorado ni es algo de gran importancia.
Resultados: al final del día, me siento peor porque sigo desmotivado y la forma en la que he trabajado (sin cuidado ni ilusión) alimenta ese sentimiento.
Haz clic en la nube y mira la siguiente secuencia: Pensamientos - sentimientos - acciones - resultados.
“Érase una vez que había dos picapedreros trabajando en una cantera, ambos golpeando sendas rocas con un pico de acero. Un desconocido se acercó a uno de ellos y le preguntó qué estaba haciendo, a lo que el primer picapedrero le respondió:- ¡Pues ya ve! aquí estoy picando piedras.-
El desconocido se dirigió entonces al segundo picapedrero que se encontraba unos metros más allá, y le hizo la misma pregunta, a la que este respondió animosamente. -¡Pues formo parte de un equipo que construye una catedral!”
Dos vendedores de zapatos son enviados por su EMPRESA a la selva para descubrir nuevos mercados.
El primero escribe un telegrama y dice: "No hay ninguna esperanza de vender zapatos aquí: todos van descalzos.”
El otro también escribe, pero dice: "¡Manden mercancía y refuerzo inmediatamente, que nadie tiene zapatos aún!”
Cuestionar nuestras más arraigadas creencias requiere de mucho coraje porque implica aceptar que hemos podido estar equivocados toda la vida.
Se trata de deformaciones semánticas, por la cual realizamos cambios en nuestra experiencia modificando los datos sensoriales percibidos para adaptarla a nuestra conveniencia.
Es obsesionarse con un hecho negativo y dejar que ensombrezca el resto de nuestra día.
Los acontecimientos vividos se valoran en grados extremos de todo o nada, de bueno o malo o del blanco al negro, sin grises o grados intermedios.
Consiste en seleccionar un solo aspecto que tiñe toda la interpretación de la situación.
Se filtra lo negativo, lo positivo se olvida, especialmente de uno mismo. Obviar los buenos momentos magnificando percances puntuales.
No acepta que las cosas no son muchas veces como uno quieren que sean. Toma el aspecto negativo de una situación y lo magnifica.
Hace una conclusión amplia y generalizada, usualmente en forma de afirmaciones o declaraciones absolutas, basadas sólo en una parte de la evidencia. Si algo malo pasa una vez, usted espera que pase una y otra vez. Si alguien muestra evidencia de un rasgo negativo, esto se exagera y se convierte en un juicio general.
Se sacan conclusiones globales de un hecho particular, que incluso puede ser anecdótico.
Suponer, presupone conocimiento que usted no tiene. La suposición es a menudo una creencia popular que se ha adoptado sin considerar su fundamento con hechos.
Actuamos en base a “mapas” del mundo que hemos dado por ciertos, que no hemos probado y que a menudo no podemos probar.
Tendencia a la interpretación de los pensamientos de los demás sin base real alguna. La persona puede proyectar sus propios pensamientos, sentimientos y emociones en los demás, creyendo que lo que él siente o cree lo están sintiendo o creyendo también los demás.
Hacer falsas suposiciones sobre lo que creen otras personas.
Es como leer la mente al poner palabras en la boca de los demás imaginando que todos sienten y reaccionan a las cosas de la misma manera que uno.
Es el hábito de referir todo lo que le rodea a sí mismo y pensar que la gente lo debe estar juzgando, o pensar que todo lo que hacen o dicen se relaciona con algo acerca de usted. Es el hábito de compararse continuamente con otras personas, basado en asumir que su valía es cuestionable.
Consiste en atribuir la responsabilidad de los acontecimientos bien totalmente a uno mismo, bien a otros, sin base suficiente y sin tener en cuenta otros factores que contribuyen a los acontecimientos.
Propio de aquellas personas para las que la percepción de las cosas depende de su estado de ánimo. Así, el día en que se sienten contentas piensan que todo les va bien.
Consiste en el hábito de mantener reglas rígidas y exigentes sobre como tienen que suceder las cosas. Cualquier desviación de esas reglas u normas se considera intolerable o insoportable y conlleva alteración emocional extrema.
Consiste en la tendencia a probar de manera frecuente, ante un desacuerdo con otra persona, que el punto de vista de uno es el correcto y cierto. No importa los argumentos del otro, simplemente se ignoran y no se escuchan.
La persona que padece esta distorsión tiende a no buscar soluciones a los problemas suponiendo que la situación mejorará con el tiempo. Se muestran pasivos ante los conflictos o desaveniencias esperando que el tiempo cure las heridas o apacigüe los problemas , sin hacer nada por resolver el conflicto.
A menudo, esto es producto más del deseo que de una verdadera voluntad respaldada por acciones. En cierto modo, uno está fuera de contacto con la realidad. La forma extrema de esta distorsión se encuentra en la manía. Aquí tratamos con un fenómeno menor: exceso de confianza, falta de planeación en caso de fracaso (no hay plan B o Z), exceso de euforia, autoestima que no se basa en habilidades, desatención a los peligros, y muchos otros.
Consiste en encasillar a las personas, normalmente utilizando el verbo ser, con lo que se produce una visión de las personas estereotipada e inflexible.
En lugar de aceptar que cometemos un error, nos ponemos una etiqueta: “soy un estúpido/a”.
Consiste en pensar que se es responsable de todos los aspectos de cada situación. Quienes padecen de este tipo de pensamientos suelen abrumarse con situaciones continuas críticas sobre lo que deberían hacer, las obligaciones que no cumplen, etc.
Las personas que cometen esta distorsión creen que su felicidad corre a cargo, de manera exclusiva, de los actos de los demás. Piensan que para cubrir sus necesidades, los demás son quienes han de cambiar, pues creen que su bienestar depende sólo de esos cambios”.
sino que, a la vez, crean nuestra realidad. Por eso, debemos ser cuidadosos y cariñosos con cómo las utilizamos, con los demás y con nosotros mismos, el llamado diálogo interior (del que muchas veces, ni somos conscientes).
El lenguaje no sólo plasma una parte negativa de la realidad, sino que incluso tiende a deformarla.
“¿Y si me quedo sin trabajo?”, “¿y si me equivoco?”, “¿y si me quedo solo?”… las preguntas cargadas de un pensamiento apocalíptico, es decir pensamos: “algo malo nos va a pasar...” y ese diálogo dispara emociones negativas.
Pensamientos cargados de juicios, marcando los errores (de uno mismo y de los demás), que generan estrés, insatisfacción y negatividad en general.
“Siempre me pasa lo mismo”, “nadie me entiende”, “nadie sabe lo que estoy pasando...”, empieza con un estado de auto lástima donde la persona se siente desprotegida y sigue creciendo hasta hacerse cada vez más fuerte.
“Lo pude haber hecho mejor”, “me salió bien pero nunca me sale perfecto”, etc. Aquí la frustración siempre está en su máximo esplendor, porque nunca se llega a una situación completamente satisfactoria.
Una vez detectado nuestro diálogo interior negativo, hay que sustituirlo por otro más positivo y empoderador.
“Tengo que...”, “No puedo...”, “No tengo tiempo para...”, ¿”Por qué me pasa esto a mí?”, “Soy un desastre”
“Elijo hacer...”, “Aún no sé cómo...”, “Administraré mejor mi tiempo”, “¿Qué puedo aprender de esto?”, “A veces cometo errores”
Escribe una lista de todas aquellas cosas que, según tú, te ves obligado a hacer, de todas aquellas actividades que sin duda preferirías no hacer, pero que a pesar de todo haces porque te parece que no tiene más remedio.
Léelas. ¿Estás seguro? Piensa… ¿qué pasaría si no hicieras cada una de ellas? Supongo que algo que no te gustaría. Por ejemplo, “Claro que tengo que pagar mi hipoteca, si no, me quitan mi casa” – pues entonces, “Estás eligiendo pagar tus facturas porque quieres conservar tu casa”, ¿no?
Tómate 5 minutos y trae a tu mente momentos duros, momentos en los que estuviste triste. Observa cómo reacciona tu cuerpo a medida que vayan pasando los minutos, inmerso en tu recuerdo.
Lo más habitual es que la cabeza se agache, que los hombros caigan y que la mirada baje hacia el suelo. Date cuenta de los matices de tu propia versión de esta “postura deprimida”: ¿cuáles son las características de la tuya?
Piensa en algo agradable, algún buen momento reciente, algún éxito que puedas celebrar. Vuelve a abrir la caja de sensaciones y déjate contagiar de nuevo por su contenido mágico: la alegría, la fuerza, etc. Deja que la energía suba y te llene de vida. Siente el recuerdo, hazlo tuyo de nuevo.
Lo normal sería que te hayas erguido, con la caja torácica bien abierta y con la mirada levantada y una respiración más rápida. Ésta es la postura corporal del “éxito”.
Por lo tanto, es lo primero que puedes cambiar cuando notas que tu ánimo no te acompaña.
Ponte recto, respira varias veces profundamente y levanta la mirada. Aprieta el puño, salta, sonríe. No esperes a sentir una emoción positiva para actuar así. ¡Créala tú mismo!
A sus 61 años, es asesor personal del Dalai Lama, obtuvo una nota inalcanzable en un estudio sobre el cerebro realizado por la Universidad de Wisconsin (EEUU).
Biólogo molecular, hijo de un filósofo ateo, dejó su carrera por abrazar al budismo.
Enhorabuena! Perteneces al 20% de personas que lo consigue
No te desanimes, es algo normal, tu cerebro estaba ocupado focalizando toda su atención en la pelota
El 40% de nuestra felicidad viene determinado por cómo fueron nuestros primeros 4 años de vida y por factores genéticos.
El 10% de nuestra felicidad depende de nuestras condiciones de vida tales como la salud, educación, entorno, dinero, trabajo, etc.
El 50% de nuestra felicidad depende de nosotros mismos.
Ayudar a los demás y disfrutar de la vida son las formas en puedo influir sobre mi felicidad.
(*) ¿En qué categorías encajará el trabajo del futuro, que yo lo tenemos con nosotros?, y más con la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA), y nuevas generaciones de robots “inteligentes”.
1. La motivación es...
|
2. La motivación intrínseca...
|
3. ¿Cuál de las siguientes características no es propia de la motivación Extrínseca?
|
4. Identifica un ejemplo propio de la motivación intrínseca.
|
5. Identifica un ejemplo propios de la motivación extrínseca.
|
6. La motivación Intrínseca es recomendable cuando...
|
7. La motivación Extrínseca es recomendable para
|
8. ¿Cuál de los siguientes consejos considera que no beneficia a tu motivación?
|
9. ¿Qué nos puede impedir alcanzar nuestros sueños?
|
10. ¿Qué caracteriza a los objetivos que se alcanzan con éxito?
|
Debe acertar el 60% de las preguntas para superar el test
![]() |
![]() |
|
Fallos |
Aciertos |
|
Porcentaje obtenido: 0% TEST NO SUPERADO TEST SUPERADO |
Cuando le preguntamos a la gente ¿qué te motiva a levantarte todos los días para ir a trabajar?, muchos acceden a tópicos como el dinero, tener más tiempo libre, realizar tareas interesantes, buena relación con mis compañeros y responsables, etcétera. Pero, ¿realmente son estos u otros factores los que nos hacen poner el mayor entusiasmo en lo que hacemos diariamente?, ¿qué ocurriría si tuvieses la fortuna de tener todos los elementos mencionados anteriormente?, ¿garantizaría una motivación para toda la vida?
Para responder a estos interrogantes, analizaremos lo que realmente nos motiva a la hora de trabajar, diferenciando la motivación intrínseca de la extrínseca. Lo veremos desde el punto de vista del trabajador y del responsable de equipo.
Entrenaremos técnicas y habilidades que nos ayudarán a estar motivados y a motivar de una forma inteligente y eficaz.
¿Te atreves?
GESTIONA TU MOTIVACIÓN.
- Lección 1: Primeros pasos para automotivarte.
- Lección 2: Despierta y haz realidad tus sueños geniales.
- Lección 3: ¿Sabes que tú mismo te estás desmotivando?.
- Lección 4: ¿Por qué hay personas que siempre encuentran aparcamiento?.
El hombre en busca de sentido
Viktor Emil Frankl
La buena suerte
Álex Rovira y Fernando Trías de Bes
Superar la adversidad
Luis Rojas Marcos
Las Siete Leyes Espirituales del Éxito
Deepak Chopra
La sorprendente verdad sobre qué nos motiva
Daniel H. Pink
La historia de mi vida
Hellen Keller
Vivir es un asunto urgente
Mario Alonso Puig
El guerrero pacífico
Dan Millman
Padre Rico, Padre Pobre
Robert Kiyosaky
Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva
Stephen R. Covey