En el caso de las Spin-off universitarias, que tienen su origen en la propiedad industrial “IP” generada a partir de los resultados de la investigación, la institución a la cual pertenecen los investigadores cede la “IP” a la nueva empresa, recibiendo en contrapartida un determinado porcentaje de las acciones de ésta.

Esta participación es el retorno económico que obtiene la institución y su porcentaje será el resultado de los acuerdos a que se llegue con los impulsores de la nueva empresa.